UNA CARTA
Maravilloso saberse tan querido y, a la vez,
justo equilibrio de lo que no tienes que ocultar.
Sentir incontenible de todos los momentos
y de cada gesto o palabra tan sencillos y vibrados.
Querer –y poder- mirar juntos en una misma dirección
y ver tantos horizontes igualmente apetecibles.
No tener que dominar ni dominarse,
sólo la esencia indescriptible de saberse tan vivo y fuerte.
Y actuar con toda la delicadeza y dulzura.
Precisar nuevas palabras, no nuevos sentimientos,
porque una vez sentido, comprendes que puede ser
todavía más, difícilmente menos, aunque también,
¡qué poco importaría que este mismo momento,
estos mismos días, fuesen distintos o no,
pero con la misma fuerza y tan exactamente
contigo!
Simplemente, querernos de esta forma inimaginable
y cierta,
buscarte o no buscarte y saber que estás ahí,
hablarte o guardar silencio
y entender que me comprendes,
besarte o sólo mirarte
y no necesitar que me digas nada más,
apoyarte o pedirte ayuda y, en el fondo,
comprender en el momento que me bastas tú,
confiar contigo sin desconfiar de mí
y apalabrarnos justamente la esperanza,
tener tanto que hacer y con tranquilidad
ir descubriéndonos juntos en tales propósitos,
la Autónoma, una cena, los Pilotos, Sitges, tu casa,
Mecano, una terraza, cerveza, Serrat, escribirnos,
labios,
pelo, mar, una tormenta, trenes, taxis, amor,
tabaco, canciones, paseos, tus manos, lentillas,
duchas,
trabajos, Carabo, Teresa, sonrisa, sol, Juan,
teléfonos,
encuentros,
qué mas,
unidos,
inteligencia,
entereza,
ronroneo,
oscuridad,
armonía, paz, serenidad, inquietud, justicia, tú.
Ya te lo he dicho y todo lo que me queda por
decirte
y por quererte.
Sitges, 11 de agosto
Ahora es buen momento para disfrutar de la lectura... apenas 104 paginas de buena poesia...