Una buena cabeza... un buen espíritu... una buena disciplina y un buen motivo

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jueves, 17 de junio de 2010

... sentimos... vivimos... compartimos...

















El fuego, por Simone Seija Paseyro Uruguaya – 45 años
Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor “del fuego”

Alguien me dijo que no es casual… que desde siempre las elegimos. Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan. Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos esos cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi tierra personal.

Valientes, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.

Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen.

Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el galpón donde jugábamos en la infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de las otras.

Las de adolescentes después de un baile, o para preparar un exámen, o para cerrar una noche de cine. Las de “veníte el sábado” porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar música, y hablar, hablar y hablar hasta cansarse. Las de adultas, a veces para asilar en nuestras almas a una con desesperanza en los ojos, y entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras, para recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir, departir, construir, sin excusas, sólo por las meras ganas.

El futuro en un tiempo no existía. Cualquiera mayor de 25 era de una vejez no imaginada… y sin embargo…detrás de cada una de nosotras, nuestros ojos.

Cambiamos. Crecimos. Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos. Amamos. Fuimos y somos amadas. Dejamos y nos dejaron. Nos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda la vida es mucho y no valía la pena. Cuidamos y en el mejor de los casos nos dejamos cuidar.

Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos. O no.

Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de seguir. Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos para nuestros hijos al enseñarles a caminar.

Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas. Hicimos el amor, y cuando correspondió, también la guerra. Nos entregamos. Nos protegimos. Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.

Entonces…los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos

 

 ...a dia de hoy... gacias Simone... "lo que escribí ya no es mío, es de todas las que lo sentimos/vivimos/compartimos....

1 comentario:

princesa_ dijo...

Ser mujer no es fácil. Ser amiga no es fácil. Ser amable con quienes no lo son contigo no es fácil. Aprender a morder la lengua no es fácil.
Ser madre....es perfecto.
Realiza a una mujer, se siente agobiada, distorsionada, sin espacio, carente de muchas cosas (hasta de energía)..
pero se siente felíz, sonriente, viva, dignificada y más mujer.
Como muy bien lo titulaste:
"sentimos..vivimos..compartimos"...y nos sentimos útiles casi siempre.
Un besín May, felíz fín de semana.

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